A veces no lo notamos, pero lo que ponemos en nuestro plato tiene mucho que ver con lo que sentimos. No es casual que, en días de cansancio o tristeza, nos provoquen ciertos antojos. O que, después de comer mal por varios días, el ánimo también decaiga. La relación entre nutrición y salud mental es más profunda de lo que solemos pensar.
En el Centro Psicológico y Psiquiátrico Excelentemente, creemos que cuerpo y mente están conectados. Por eso, además del apoyo emocional y psicológico, también acompañamos a muchas personas en sus procesos desde lo nutricional. Porque comer bien no es solo cuestión de salud física, también es una forma de cuidarnos emocionalmente.
¿Sabías que tu intestino tiene mucho que decir sobre tu estado de ánimo?
Aunque parezca raro, gran parte de lo que sentimos se cocina, literalmente, en el intestino. Se le llama “el segundo cerebro” porque produce una cantidad enorme de serotonina, la hormona que regula el estado de ánimo.
Cuando esa zona está inflamada, estresada o saturada de ultraprocesados, lo notamos: estamos más irritables, nos cuesta concentrarnos, o simplemente sentimos un bajón sin razón aparente. No es que estés exagerando. Tu cuerpo te está hablando.
Nutrientes que influyen en cómo te sientes
En consulta vemos casos de mujeres jóvenes que, sin saberlo, arrastran carencias nutricionales que afectan su estado emocional. A veces es falta de hierro o vitamina B12, a veces es un déficit de omega-3. El cuerpo da señales: cansancio constante, apatía, pensamientos confusos o estados de ánimo inestables.
Y con pequeños cambios en la alimentación, muchas veces eso empieza a mejorar. No es magia, es biología emocional.
Alimentos que suman a tu equilibrio emocional
No necesitas una dieta estricta o costosa. Solo empezar por lo básico: alimentos reales, naturales, vivos. Algunas ideas:
- Pescados como el salmón o la anchoveta: para mejorar tu concentración.
- Frutas y verduras frescas: que aportan antioxidantes y color a tu plato… y a tu día.
- Nueces y semillas: un snack que también reduce el estrés.
- Yogur natural o kéfir: tus bacterias intestinales lo agradecen, y tu estado de ánimo también.
Una paciente nuestra cambió su desayuno por avena, plátano y yogur natural. A las dos semanas, notó más energía y menos ansiedad matutina.
El azúcar y los altibajos que no te cuentan
Sí, el azúcar puede animarte… por un ratito. Pero lo que viene después suele ser fatiga, irritabilidad o un vacío difícil de explicar. Y cuanto más frecuente es, más desajustes emocionales aparecen.
Reducir ultraprocesados y azúcares no se trata de castigo, sino de cuidarte mejor.
¿Y el agua? También importa (mucho)
No tomar suficiente agua también puede afectar cómo te sientes. Puede causarte confusión, fatiga mental, incluso mal humor. Parece simple, pero hidratarte bien es uno de los gestos más básicos de autocuidado emocional.
Cuidar tu alimentación es cuidar tu mente
La nutrición no reemplaza la psicoterapia, pero la potencia. Cuando te alimentas con conciencia, tu cuerpo te responde con claridad, energía y equilibrio. Y eso te ayuda a sostener mejor las emociones, los retos diarios y hasta las relaciones.
En Excelentemente, te acompañamos desde un enfoque integral, con profesionales en psicología, psiquiatría y nutrición que trabajan en equipo para ayudarte a sentirte bien, por dentro y por fuera.
¿Sientes que tu cuerpo y tu mente ya no van al mismo ritmo?
• Hablemos. A veces, pequeños ajustes en tu alimentación y un espacio de escucha profesional pueden marcar una gran diferencia.
• Estamos aquí, en el Centro Psicológico y Psiquiátrico Excelentemente. Contáctanos y empieza a reconectar contigo.
• Porque nutrirte también es una forma de sanar.
