Cada 30 de agosto, en el Perú nos vestimos de devoción para rendir homenaje a Santa Rosa de Lima, patrona de América, las Indias y Filipinas. Esta celebración no es solo un acto religioso: también es una tradición profundamente arraigada en la cultura peruana, que une a familias, comunidades y creyentes en un mismo sentimiento de fe, esperanza y gratitud.
En Excelentemente, reconocemos la importancia de estas fechas que trascienden lo espiritual para convertirse en un momento de unión social y cultural. Así como Santa Rosa entregó su vida al servicio de los demás, nosotros creemos en la importancia de acompañar, escuchar y cuidar el bienestar emocional de cada persona.
¿Quién fue Santa Rosa de Lima?
Isabel Flores de Oliva, más conocida como Santa Rosa de Lima, nació en 1586 en un hogar humilde de la capital peruana. Desde muy pequeña mostró un carácter sensible, compasivo y profundamente espiritual. Su vocación estuvo marcada por el deseo de ayudar a los más necesitados, especialmente a enfermos y personas en situación de pobreza.
Conocida por su dedicación, Santa Rosa transformó su propia casa en un espacio de atención y cuidado, mucho antes de que existieran hospitales organizados en la ciudad. Su humildad, fuerza de voluntad y capacidad de servicio la convirtieron en un ejemplo no solo para los creyentes, sino también para todo aquel que busca vivir con solidaridad y entrega.
Fue canonizada en 1671, siendo la primera santa de América y un motivo de orgullo nacional e internacional. Hoy, más de 350 años después, su legado sigue vivo en las calles, templos y corazones del Perú.
¿Por qué celebramos el 30 de agosto?
La tradición comenzó en el siglo XVII, tras su canonización en 1671, cuando la Iglesia Católica decidió dedicarle un día especial. Con el paso de los años, el 30 de agosto se consolidó como una de las festividades religiosas más importantes del país, atrayendo a miles de fieles que participan en misas, procesiones y peregrinaciones.
Uno de los rituales más conocidos es la visita al Santuario de Santa Rosa de Lima, en el centro histórico de la capital, donde se encuentra el famoso “pozo de los deseos”. Allí, devotos de todas partes del Perú depositan cartas con oraciones, agradecimientos y pedidos, manteniendo viva una tradición que simboliza confianza y esperanza.
Pero más allá de la religiosidad, este día tiene un profundo significado cultural y social: nos invita a reflexionar sobre los valores de la solidaridad, la resiliencia y el amor al prójimo, tan necesarios en la vida cotidiana.
Por ello, cada 30 de agosto no solo recordamos a una santa, sino también a una mujer que, con su ejemplo, nos enseñó que la verdadera grandeza está en servir a los demás con humildad y fe.
Una fecha para reflexionar sobre la paz interior y la salud emocional
El legado de Santa Rosa no solo está en los milagros que se le atribuyen, sino también en la enseñanza de que la verdadera fortaleza nace en el interior de cada persona. En un mundo marcado por el estrés, la ansiedad y las preocupaciones diarias, su mensaje sigue siendo actual: cultivar la calma, la paciencia y la fe puede ayudarnos a encontrar equilibrio en la vida.
En Excelentemente sabemos que la espiritualidad puede ser un gran aliado en la búsqueda del bienestar psicológico. Así como Santa Rosa ofrecía consuelo a quienes acudían a ella, nuestra misión es brindar acompañamiento terapéutico y apoyo emocional a quienes lo necesiten.
Santa Rosa de Lima, un ejemplo de resiliencia
Cuando hablamos de resiliencia —esa capacidad de sobreponerse a las dificultades y crecer a partir de ellas—, podemos encontrar en Santa Rosa un modelo inspirador. Ella enfrentó críticas, adversidades y limitaciones, pero nunca dejó de creer en su propósito ni de tender la mano a quienes lo necesitaban.
Su vida es un recordatorio de que, incluso en medio de las pruebas, siempre es posible mantener viva la esperanza y construir un camino de servicio y amor hacia los demás.
¡Que este 30 de agosto la vida y ejemplo de Santa Rosa de Lima!
